¿Cómo hacemos marketing cuando los usuarios han colgado el cartel de «No Molestar»?
Con la cantidad de canales de comunicación y redes sociales ¿por qué es cada vez mas complicado alcanzar la audiencia que puede estar interesada en nuestros productos o servicios?
¿Donde están?
¿Por qué no ven nuestros anuncios?
Las decisiones de compra ya no se toman por la información que nosotros, como marca, damos a nuestros posibles clientes. La decisión de compra se toma tras un proceso de investigación online profundo, en el que nuestra intención de compra se verá influenciada por los comentarios y opiniones de otros usuarios.
Los usuarios hemos aprendido y sabemos que tenemos gran poder para influir en las decisiones de compra de la gente que nos rodea. Un comentario, una opinión sobre la habitación del hotel donde pasaste el último puente, una foto del desastre de plato que te han traído en el restaurante puede hundir la reputación de un negocio.
¿Le molesta que le moleste?
En algún momento de nuestra vida hemos vivido una situación parecida a la de esta escena del «Día de la Marmota, todos nos hemos sentido avasallados, incluso acosados por un vendedor demasiado insistente.
En la escena, el vendedor de seguros tiene la excusa de conocer a su interlocutor desde el colegio, incluso había salido con una de sus hermanas.
¿Qué excusa tienes tú para interrumpir la vida de la gente?
De igual manera que no es «educado» interrumpir a la gente por la calle, no lo es avasallar con publicidad que no es solicitada.
Esto no quiere decir que no debamos hacer publicidad, significa que debemos enfocarla de otra manera.
¿Cómo podemos influir crear esas conversaciones?
Los números no engañan y según los datos que arroja un estudio publicado por Mckinsey el 80% de las «acciones de marketing» que afectan a una marca, sus productos o servicios, son acciones no realizadas por las empresas.
El 80% de todo el marketing de las marcas lo hacen los usuarios.
El 20% que depende de nosotros debe ser excepcional y realmente centrado en las necesidades de nuestros posibles clientes.
La mayoría de las conversaciones que se producirán sobre nuestros productos o servicios entrarán dentro de alguno de estos temas generales:
- Fallos y Defectos.
- Problemas de logística (retrasos en la entrega).
- Usos y beneficios.
En todos estos puntos podemos tener una presencia que nos permita controlar las conversaciones y opiniones que los usuarios van a generar, queramos o no.
No sólo debemos estar pendientes de lo que los usuarios dicen y comentan sobre nuestra marca, debemos interactuar y tomar nota de cuales pueden ser las soluciones a las necesidades o inquietudes que se despiertan en ellos.
Esto nos da la oportunidad de crear los contenidos necesarios para apoyar la decisión de compra, para ofrecer soluciones que los usuarios no ven en tu producto por desconocimiento.
Centrándonos en ellos y no en nosotros es el único camino para podernos ganar la confianza de los usuarios.
Debemos ser vistos como alguien que quiere ayudar y no como el vendedor de la escena, obsesionados por venderte lo que sea.